Variedad española por antonomasia, la uva tempranillo forma parte de un buen número de vinos españoles y del mundo.

Esta variedad de uva posee determinadas características idóneas para la obtención de excelentes vinos y, sin duda, el clima caluroso de día y fresco por la noche aporta en su corto ciclo vegetativo, un buen nivel de azúcares y gruesos hollejos que dan una excelente pigmentación. Las ya citadas frescas horas nocturnas de la Ribera ayudan a conservar una acidez ideal para las crianzas.

El hábitat ribereño soriano confiere unas peculiaridades muy especiales a la uva tempranillo; y como no, a sus vinos, marcándoles un carácter continental de frescura, buena acidez y mucha elegancia en nariz. Se obtienen vinos personales, que imprimen un diferente carácter a nuestra variedad reina, y que les hace destacar e identificarse claramente.

Nuestros vinos son intensos de color, concentrados, de ostensible capa y de muy adecuada acidez, de buenos taninos que el experto y entusiasta hacer de los elaboradores convierten en sedosidad y terciopelo de marcada personalidad.